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Industria
La industria del reciclaje de módulos solares y perspectivas en Chile, en el contexto de la nueva ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP).
Las energías renovables variables contribuyen, entre otras cosas, a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
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Las energías renovables variables contribuyen, entre otras cosas, a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, tecnologías que además requieren de poco mantenimiento durante su vida útil, en comparación con otras formas de generación de energía.

En este contexto, la energía solar fotovoltaica se ha convertido en una de las tecnologías más eficientes y populares entre todas las renovables.

En Chile, a marzo de 2020, había 12,5 millones de paneles fotovoltaicos instalados, principalmente en grandes proyectos de generación solar. Y según un reciente estudio elaborado por RIGK e In-Data para el Ministerio de Energía, a 2050 habrá entre 161 millones y 270 millones de éstos en el territorio.

Cuando la sostenibilidad genera residuos y se transforma en desafío

Considerando que la vida útil de un panel solar es de 25-30 años, se espera que en las próximas décadas se generen grandes cantidades de residuos provenientes de la industria solar fotovoltaica.

Hoy surge entonces la interrogante de qué hacer cuando acaba la vida útil de un módulo FV y cómo gestionar los residuos, uno de los nuevos desafíos que propone la Ley REP, en el marco del decreto de metas de valorización de artículos eléctricos y electrónicos.

Lo cierto es que los paneles solares pueden fabricarse reutilizando gran parte de otros módulos que hayan llegado al límite de su vida útil. Además, se plantea la posibilidad de utilizar la “minería urbana”, para recuperar sus componentes minerales más valiosos, lo que podría generar beneficios por US$ 29 millones y 6.700 empleos sólo en los primeros años.

Si tenemos en cuenta que los paneles solares se fabrican a base de una combinación de vidrio, aluminio y plástico debemos considerar que tanto el vidrio como el aluminio son altamente reciclables, constituyen el 85% de la masa del panel solar y son relativamente fáciles de recuperar. El aluminio de los paneles solares se considera 100% reciclable y el vidrio alcanza el 95%. Los polímeros y componentes electrónicos de los paneles solares también se pueden reciclar, aunque extraer cada uno de los materiales probablemente precisará de procesos y maquinaria avanzada. El reciclaje del plástico de los módulos solares es uno de los grandes desafíos, por su menor valor y atractivo para el mercado.

En suma, la industria del reciclaje de paneles solares tiene el desafío de expandirse y especializarse en los próximos años, a la par con un mercado que, cada vez con mayor frecuencia, requerirá de sus servicios y soluciones. Y las cifras al respecto son promisorias. Según una investigación de 2016 de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) se estima que los materiales reciclables en los módulos solares antiguos tendrían un valor de 15.000 millones de dólares en activos recuperables para el año 2050 y que representarían hasta 78 millones de toneladas métricas de materias primas.

Ley REP y la regulación del reciclaje de paneles solares

Pese a ser un problema emergente, Chile está tomando cartas en el asunto en relación con la regulación del que se presenta como uno de los grandes retos de las próximas décadas.

Según el estudio de In-Data y RIGK, el primer peak de residuos de paneles solares ocurriría entre 2043 y 2046 y podría superar las 120.000 toneladas de residuos fotovoltaicos acumulados. Es por ello que la ley REP pone el foco en las alternativas de valorización existentes a nivel internacional y las capacidades disponibles en Chile, que debieran estar a disposición cuando se incrementen las cifras de residuos.

Chile tiene una oportunidad única para seguir el ejemplo de algunas plantas de reciclaje de paneles fotovoltaicos ya existentes en Europa y Norteamérica. Según ciertos cálculos, sólo con los residuos generados al año 2050 y en un escenario de bajo valor de reciclaje, es decir, concentrado en aluminio y vidrio, se podrían generar beneficios por US$ 4 millones y 944 empleos en su reciclaje y valorización.

Un camino de desafíos e innovación

La buena noticia para los productores de plantas solares en Chile es que ya existen casos de éxito posibles de mirar como punto de partida, para atreverse a innovar a nivel nacional en los procesos de reciclaje.

En una planta de reciclaje en Ohio, Estados Unidos, junto a las instalaciones de fabricación de la empresa, First Solar utiliza tecnología personalizada para desmontar y reciclar paneles viejos, recuperando el 90% de los materiales del interior. Sistemas similares de reciclaje operan en Alemania y Malasia.

Al reciclar materiales, el impacto ambiental total de cada panel disminuye. Así, el módulo solar original, que puede durar 30 o incluso 40 años, tras su vida útil podría ofrecer el 95% de su material semiconductor, es decir, se puede recuperar y volver a colocar en un nuevo panel, bajo un ciclo repetitivo que podría darle a este material un horizonte de reutilización de hasta 1.200 años.

Actualmente, el enfoque del ciclo de vida circular no es común entre los productores solares. Pero este es el momento de pensar fuera de la caja, adelantarse a este tipo de desafíos y construir un mejor futuro para todos y todas, con una industria que no sólo sea sustentable en el corto plazo, sino también en el futuro que enfrenten las próximas generaciones a nivel local y mundial.